Cambia Trump a su jefe de campaña ante camino de reelección

Washington, 16 jul (Prensa Latina) Tras la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de sustituir a su jefe de campaña, Brad Parscale, varias fuentes se preguntan hoy si ese movimiento realmente podría mejorar las posibilidades de reelección del mandatario.


El gobernante republicano dio a conocer este miércoles que Parscale, quien se desempeñaba en esa posición desde febrero de 2018, será reemplazado por Bill Stepien, el hasta ahora subdirector de campaña y un veterano estratega político.


Trump añadió que Parscale, una figura que se ha mantenido leal al presidente desde las elecciones de 2016, cuando se desempeñó como director digital de su campaña, continuará dentro del equipo, encargado de estrategias digitales y de datos.


Ambos estuvieron muy involucrados en nuestra histórica victoria de 2016, y espero tener una gran y muy importante segunda victoria juntos, escribió el jefe de la Casa Blanca en su cuenta de Twitter.


Según Trump, un éxito ahora debería ser mucho más fácil que hace cuatro años, «ya que nuestros números de encuestas están aumentando rápidamente, la economía está mejorando, las vacunas y las terapias pronto estarán en camino, y los estadounidenses quieren calles y comunidades seguras».


La realidad, sin embargo, se muestra diferente a lo descrito en esos tuits, ya que la sustitución del jefe de campaña a menos de cuatro meses de los comicios del 3 de noviembre, en los que debe enfrentar al exvicepresidente demócrata Joe Biden, tuvo lugar cuando los sondeos siguen arrojando resultados muy negativos para el mandatario.


Trump ha visto descender sus números en las encuestas frente a Biden en medio del complejo panorama planteado por la pandemia de la Covid-19, la recesión económica causada por esa emergencia sanitaria, y protestas contra el racismo y la brutalidad policial.


El presidente ha sido particularmente criticado por su respuesta a la crisis de salud, que ya dejó unas 140 mil muertes en el país y sigue sin ser controlada, y por su postura ante las manifestaciones que reclaman justicia racial.


La víspera, antes de que el gobernante comunicara el cambio, una encuesta de la cadena de televisión NBC News y del diario The Wall Street Journal mostró a Biden con una ventaja de 11 puntos porcentuales sobre Trump a nivel nacional, al tener el 51 por ciento de apoyo de los posibles votantes, frente a un 40 por ciento del republicano.


En ese mismo sondeo, siete de cada 10 entrevistados consideraron que el país está en el camino equivocado y la mayoría desaprobó la forma en que el presidente ha manejado el coronavirus y las relaciones raciales.


Una buena noticia para Trump fue que el 54 por ciento de los encuestados se manifestó de forma favorable sobre su conducción de la economía -el único aspecto en el que tuvo calificaciones positivas-, lo cual podría beneficiarlo aún más si el país vive una recuperación antes de los comicios de noviembre.


Pero otra encuesta divulgada ayer, de la Universidad Quinnipiac, indicó que solo un 44 por ciento de los votantes aprueba el manejo de la economía por parte del gobernante republicano, frente a un 53 por ciento que lo desaprueba.


En ese mismo sondeo, la ventaja mostrada por Biden a nivel nacional de cara a noviembre fue aún mayor, de 15 puntos porcentuales, al recibir 52 por ciento del respaldo, frente a un 37 por ciento para Trump.


Más allá de estos datos desalentadores para el jefe de Estado, mucho puede cambiar todavía en el tiempo que falta hasta los comicios, para los cuales Trump busca sin cesar una recuperación económica que pueda impulsar su nivel de aprobación, aunque eso signifique minimizar o culpar a otros por el impacto de la pandemia, que ya dejó más de 3,6 millones de contagiados.


Además, y si bien el contexto que se vive en Estados Unidos es muy diferente al de años electorales anteriores, todavía sigue presente el fantasma de 2016, cuando la mayoría de los sondeos sugerían un triunfo de la excandidata demócrata Hillary Clinton, derrotada precisamente por Trump.


Pero diversos medios ponen en duda que, en específico, un cambio en la dirección de la campaña pueda tener un peso real en los resultados de los comicios presidenciales, dada la negativa del gobernante a seguir muchas veces las orientaciones de su equipo.


De acuerdo con la publicación Politico Parscale no es realmente el problema, porque Trump no escucha a sus asesores políticos, sigue actuando como si tuviera ventaja y se niega a aceptar la realidad de que esta campaña no es como la de 2016, pues Biden es una figura mucho menos impopular que Clinton.


A su vez, el diario The New York Times indicó que a menudo se describe a Trump como su propio director de campaña, y su operación política, supervisada por Jared Kushner, su yerno y un asesor principal en la Casa Blanca, se ha adaptado a sus deseos.